La importancia de Francia para las ideas soberanistas

Theo Belok

8/13/20254 min read

Por Theo Belok.
Francia ha sido, a lo largo de la historia moderna y contemporánea, un escenario clave para el desarrollo y la consolidación de la soberanía nacional, ha sido la tierra fértil para de un modelo proto-soberanista. La defensa de la soberanía, la identidad cultural y la autonomía política han estado profundamente arraigadas en la experiencia política francesa, lo que ha generado corrientes y figuras emblemáticas que han marcado el pensamiento soberanista no solo en Francia, sino en Europa y el mundo. Francia es un ejemplo de grandes pensadores y un pueblo que no se deja pisotear ante las injusticias. La valentía y la resistencia ante la primera dictadura sanitaria global del 2020 quedarán grabadas en nuestras memorias. Policías enviados a reprimir a ciudadanos que se resistían a entregar su libertad con mandatos de vacunas y confinamientos forzosos, terminaban marchando todos juntos contra un orden tiránico disfrazado de buenas intenciones sanitarias.

Charles de Gaulle: el paradigma proto-soberanista francés

Como mencioné en el Tomo I de mi libro “Trump contra el globalismo”, ningún nombre es más representativo en la historia soberanista francesa que el del general y presidente Charles de Gaulle (1890-1970). De Gaulle encarnó la lucha por la soberanía nacional en su máxima expresión durante la Segunda Guerra Mundial, al liderar la resistencia francesa contra la ocupación alemana y después, en su mandato presidencial, impulsó una política de independencia nacional frente a las grandes potencias.

Su visión soberanista se articuló en la defensa de un Estado fuerte, independiente y autosuficiente. Criticó duramente la dependencia excesiva de Francia respecto de Estados Unidos y la OTAN, y promovió la construcción de una “Francia Grande”, con autonomía en materia nuclear, política exterior propia y control soberano sobre su destino. De Gaulle fue un precursor del nacionalismo soberano, en el sentido de que vinculó la soberanía con la identidad histórica, cultural y política francesa, rechazando la subordinación a bloques o hegemonías externas.

La Tercera Posición: un camino alternativo soberanista

Durante el siglo XX, surgió en Francia una corriente política denominada la “Tercera Posición”, que se propuso trascender las dicotomías tradicionales entre capitalismo y comunismo, derecha e izquierda. Esta corriente se basó en la defensa de la soberanía nacional y social, y buscó una alternativa al dominio anglosajón y soviético.

Los pensadores de la Tercera Posición defendían un Estado nacional fuerte, con economía protegida y socialmente solidaria, y una cultura autóctona preservada frente a la globalización y la uniformización. Esta corriente fue especialmente influyente en sectores nacionalistas revolucionarios, que reivindicaban la identidad francesa en oposición a las fuerzas globalistas.

Chalecos amarillos, movimientos identitarios y la reafirmación cultural

En la Francia contemporánea, las ideas soberanistas se han entrelazado con movimientos identitarios que buscan preservar y fortalecer la identidad cultural, histórica y étnica francesa. Estos movimientos suelen denunciar la pérdida de soberanía cultural ante la inmigración masiva, la globalización cultural y el supranacionalismo europeo.

Los grupos identitarios franceses abogan por un soberanismo que no solo es político, sino también cultural: reivindican la defensa del idioma francés, las tradiciones nacionales y un sentido comunitario basado en la historia y la cohesión social. Este soberanismo cultural es un complemento y a veces un motor de las reivindicaciones políticas soberanistas.

El Frente Nacional: un actor clave del proto-soberanismo político

El Frente Nacional (hoy rebautizado como Agrupación Nacional RN) ha sido la expresión política más visible y potente del soberanismo en Francia desde su fundación en 1972. Liderado por figuras como Jean-Marie Le Pen y posteriormente Marine Le Pen, el partido ha centrado su discurso en la defensa de la soberanía nacional frente a la Unión Europea, la globalización económica y la pérdida de control sobre las fronteras.

El Frente Nacional combina un soberanismo político con reivindicaciones identitarias, promoviendo políticas de control migratorio, protección económica y afirmación de la identidad francesa. Su crecimiento electoral ha sido reflejo del malestar de amplios sectores de la sociedad francesa con la pérdida de autonomía y la percepción de decadencia cultural y económica. La proscripción de su actual líder Marine es una muestra de la preocupación de los sectores globalistas y el dictador Macron.
De toda esa matriz de indignados patriotas emerge como figura Marion Maréchal, elogiada incluso por uno de los estrategas del estadounidense movimiento MAGA, Steve Bannon.

Francia como inspiración soberanista para Europa

El caso francés ha inspirado a otros movimientos patriotas en Europa. La defensa de la soberanía, tanto política como cultural, frente a las fuerzas supranacionales (como la UE) y globalistas, tiene en Francia un referente fundamental. La figura de De Gaulle sigue siendo un símbolo de independencia y dignidad nacional para muchos movimientos soberanistas contemporáneos. La osadía de reclamar el oro a los EE.UU. en la década de 1970, brilla como un ejemplo de soberanía.

Además, las tensiones en torno a la identidad, la inmigración y la integración europea en Francia son un espejo de debates similares en otros países, que encuentran en la experiencia francesa un modelo para sus propias luchas soberanistas.

Por Theo Belok, padre de la Teoría Soberanista; escritor y analista geopolítico, autor de "Trump contra el Globalismo" y "Globalismo: ¿Qué es y cómo derrotarlo?. Sigue sus análisis en su sitio oficial (teoriasoberanista.com).