EL INDIVIDUO INTEGRADO
Sujeto económico soberanista

ESCUELA ECONOMICA SOBERANISTA

an abstract photo of a curved building with a blue sky in the background

Por Theo Belok. (BOCETO PRELIMINAR HASTA EL 2026)
El ser humano es un agente de racionalidad limitada, emocional, imprevisible e interdependiente, cuyas decisiones no ocurren en condiciones ideales ni en aislamiento social. Su accionar económico está condicionado por una combinación de necesidades biológicas primarias, deseos subjetivos, expectativas culturales, presiones institucionales y construcciones simbólicas.
Aunque es libre para elegir, su comportamiento está fuertemente influido por la publicidad, la cultura, los mandatos sociales, la educación y los entornos normativos en los que se encuentra inserto. Además, su capacidad para anticipar el futuro está limitada por una incertidumbre radical, y sus elecciones se ven afectadas por emociones, intuiciones, sesgos cognitivos y patrones de comportamiento heredados filogenéticamente.
La etología, la neurociencia y la psicología evolutiva han demostrado que la toma de decisiones humanas se ve modelada por mecanismos profundamente arraigados en la historia biológica de la especie, como la búsqueda de seguridad, la aversión al riesgo, la propensión a la cooperación selectiva o la necesidad de reconocimiento.
Esta visión desplaza el modelo abstracto del homo economicus —agente maximizador, racional y autosuficiente— y lo sustituye por una antropología económica realista, en la que la conducta humana se comprende como un fenómeno relacional, situado, condicionado por su naturaleza intrínseca y estructuras sociales.

Consecuencia 1:
La acción individual, atravesada por emociones, estructuras e incertidumbres, no puede garantizar por sí sola un orden económico eficiente, estable o justo. La coordinación social requiere instituciones que canalicen, regulen y estabilicen el comportamiento colectivo, combinando comprensión cultural, institucional y natural del actuar humano.