Nueva Pandemia. Guerra Mundial Biotecnológica. CAP 1. Libro GRATIS
Tras el éxito de "Trump contra el Globalismo" y "Globalismo: ¿Qué es y Cómo Derrotarlo?", Theo Belok nos trae su última investigación GRATIS. 9 entregas capítulo por capítulo
LIBRO: NUEVA PANDEMIA


Nueva Pandemia
Guerra Mundial Biotecnológica
En esta primera entrega:
Prólogo del autor
CAP.1 - UNA PANDEMIA CONTRA TRUMP.
*Notas discordantes
*Trump no quería una pandemia.
*El Covid-19: Un arma biológica.
*Antivacunas apoyan a Trump.
Prólogo del autor.
Para que una nueva pandemia no vuelva a sorprendernos, debemos conocer los entretelones de lo sucedido en la anterior.
Imagina que una elite global es capaz de impulsar una pandemia para sabotear la presidencia de Donald Trump. Imagina que esa elite impulsa una pandemia para controlarte y establecer cambios a nivel sistémico. Imagina que la misma elite que quiere reducir la población mundial es la misma que quiere inyectarte con los productos que vende. Esto ya sucedió, fue un mero ensayo; el problema no es saber si lo intentarán de nuevo, sino cuándo. Aunque los principales impulsores de esta crisis sanitaria hayan sido los demócratas y globalistas, ni propio Donald Trump debe ser dispensado del escrutinio; debe observarse muy bien el rastro de la gente de la que se rodea. En su primera administración debió acudir a personas poco confiables que terminaron por traicionarlo.
Imagina descubrir que la pandemia de Covid-19 fue planificada. Imagina descubrir que el planeta entero vivió su Primera Guerra Mundial biotecnológica y no lo sabes. Imagina que solo fue un ensayo de una pandemia peor que quieren generar. ¿Estarás preparado para sobrevivir a lo que vendrá?
La guerra híbrida biotecnológica no distingue entre civiles y militares; la elite globalista quiere lograr sus metas de despoblación y dominio a como dé lugar y usará todos los medios a su alcance.
Recientemente, durante el 2024, publiqué el Tomo II de “Trump contra el globalismo. El Retorno” ([1]), el presente opúsculo formaba parte de un anexo de aquella extensa investigación que, por cuestiones de espacio, no pude incluir en esa oportunidad. Pero, por su vital importancia, no podía dejar de publicar ahora.
Otra razón por la que presento por separado este libro sobre una nueva y eventual pandemia, se debe al carácter especulativo de la misma. A diferencia del carácter descriptivo y conceptual de toda la tesis de Trump contra el globalismo, ya no estamos en el terreno de la absoluta certidumbre como en el que me moví en mis otros libros. Aquí tratamos con los avances tecnológicos más avanzados de las principales potencias mundiales, algunos de ellos apenas imaginables. Las hipótesis aquí planteadas y los descubrimientos que revelo podrían poner en jaque a poderosos intereses.
En 2020, las naciones libres y soberanas fueron atacadas con el pretexto de una pandemia global. Bajo la excusa de una emergencia de salud pública, fueron abolidas prácticamente la totalidad de las constituciones nacionales de cuño liberal, así como violadas todas las libertades individuales. Como dice la teoría, el verdadero soberano es el que es capaz de decretar un estado de excepción. En 2020, ese soberano global fue la OMS (Organización Mundial de la Salud), secundada por las farmacéuticas, la prensa masiva, los gobernantes traidores junto a sus corruptos ministros de salud. La mayoría de la gente y los gobiernos fueron cooptados. Existen pruebas de que las elites globalistas forzaron los acontecimientos para realizar este primer experimento social totalitario a escala planetaria. El poder coercitivo de los Estados fue utilizado por la OMS, un organismo multilateral controlado por la industria farmacéutica y los grandes fondos de inversión, para establecer un sistema de gobernanza global. Se formó de cierta manera un Gobierno Mundial provisorio. Millones de personas fueron confinadas, discriminadas, segregadas y coaccionadas a entregar sus cuerpos. Millones de seres humanos perdieron sus empleos y fuentes de sustento debido a los cierres masivos obligatorios establecidos por los gobiernos.
Las democracias se transformaron en tiranías que sacaron provecho del terror infundido por el enorme poder mediático, sin el cual no se hubiera podido llegar tan lejos.
A medida que me sumergía en la investigación de la primera administración Trump (2017-2021), surgía la famosa pandemia de coronavirus, que desde el principio lucía ante mis ojos como de una gravedad exagerada; el miedo era generado a través de un terrorismo inducido a través de la prensa masiva.
Conocedor previo de la agenda de la elite global, la pandemia no llegó a sorprenderme del todo. Diez años antes había leído en la prensa patriótica que Bill Gates (el magnate neomalthusiano) quería vacunar a toda la humanidad para “ayudar” a reducir la población mundial. Aunque su charla TED y sus declaraciones fueran un hecho, en 2010 aquello me pareció algo descabellado e improbable; incluso me parecía una teoría conspirativa, ya que nadie iría voluntariamente a poner el brazo. Lo desestimé como una amenaza real y olvidé el tema.
La pandemia que arruinaba los logros económicos del presidente republicano de rubia cabellera permitía, al mismo tiempo, justificar los votos por correo solicitados por los demócratas, lo que terminaría, a su vez, por desplazar del poder al mismo Donald Trump.
Cuando fue decretada la pandemia, no dejé que el miedo influyera en mis análisis y en mi vida. Recordé lo que había leído hacía 10 años y comencé a atar cabos de manera muy atenta.
Todo parecía más nítido bajo el manto del escepticismo y la suspicacia; lo que otros veían como una crisis de salud pública, a la luz de las investigaciones que había hecho, parecía un golpe de estado global contra un nacionalista en la Casa Blanca y una guerra mundial biotecnológica donde el complejo militar-farmacéutico y los especuladores financieros saldrían beneficiados. ¿Cómo podría la gente saber que lo que sucedía frente a sus ojos no era natural y había sido, de alguna manera, impulsado por manifiestos intereses globales? ¿Cómo explicarle a la gente que las guerras híbridas mundiales habían ya comenzado, mientras la libertad de expresión había sido abolida? Instagram, propiedad del ultraglobalista Mark Zuckerberg, tumbó mi cuenta, censurando hasta memes que decían que esto estaba montado para controlarte.
Este trabajo será de gran interés para el público en general, para descubrir lo que pasó en la pandemia de 2020 y lo que podría pasar nuevamente en cualquier momento. Pero será de "lectura obligatoria" para los Ministerios de Defensa de los diversos países que se preocupan por cuidar a su gente, ya que este conocimiento puede resultar de vital importancia para la seguridad nacional.
Esta investigación debe servir para hacer foco en determinados actores y descubrir si existen movimientos a nivel estructural e institucional, o paraestatales, que pongan en peligro la salud pública.
El inmunólogo Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de 1984 a 2022, que fue puesto por Trump al frente de los esfuerzos para neutralizar la pandemia de coronavirus, fue el mismo que financiaba peligrosos experimentos de ganancia de función en virus infecciosos (hacerlos más potentes). ¿Este tenebroso doctor será llevado a la justicia? Todavía están pendientes de divulgación los Twitter file que hablan de él. Elon Musk hizo acusaciones muy fuertes contra Fauci, y eso si que es una verdadera bomba de relojería. Musk va codo a codo con Trump en el segundo mandato, y de seguro terminará por divulgar todo.
Hay que ver si Robert Kennedy Jr. cobra un papel protagónico en la administración Trump para limpiar el pantano farmacéutico que hace tiempo se encuentra inmerso en la idea de la Fundación Rockefeller de unir la industria de los alimentos con las farmacéuticas, para desde allí intervenir en la biogenética humana. La distopía de un mundo feliz realizada.
La esencia de los seres humanos no debe ser intervenida. El patrimonio genético de todos los pueblos debe ser protegido. Deben prohibirse los experimentos biológicos y genéticos con humanos.
Debemos estar atentos a toda clase de "simulacros" a nivel mundial, ya sea si son impulsados por el complejo farmacéutico, Bill Gates y el Foro de Davos o por iniciativa gubernamental.
La nueva pandemia llegará tarde o temprano, y debemos estar preparados para que el miedo no nos paralice y podamos estar atentos y vigilantes para no perder, una vez más, las libertades fundamentales y nuestra esencia como seres humanos.
La lectura y difusión de este pequeño libro serán vitales para los soberanistas, para los amantes de la libertad y para quienes pretendan evitar caer en las redes y estratagemas de las elites globalistas.
Es crucial tener conciencia de los dramáticos peligros que nos amenazan a todos por igual.
Córdoba, Argentina, 1º de enero de 2025.
CAP.1 - UNA PANDEMIA CONTRA TRUMP.
“Una burocracia sin rostro
opera en secreto y debilita
el gobierno democrático”.
Donald Trump.
Ante la ONU, 24/9/2019.
Notas discordantes.
La dulce melodía patriótica que resuena en nuestros corazones cuando hablamos de todo lo referido a Trump comienza a desafinar por momentos cuando escuchamos unos pocos temas; esas son las notas discordantes que lucen inarmónicas en un todo bastante coherente.
De la gran cantidad de temas que he analizado en otra oportunidad, y que ubican claramente a Trump del lado de los patriotas nacionalistas, solo hubo un par de hechos que llamaron poderosamente mi atención, los mismos se prendieron como una luz roja, un signo de advertencia que desdibujó por momentos esa claridad.
En esta oportunidad, me referiré particularmente a su respuesta frente a la pandemia de coronavirus y la promoción de las nuevas “vacunas”.
Lluvia de vacunas
“Podía ver los signos del dólar en sus ojos,
en ese tipo que dirige Pfizer”.
Donald Trump.
Se ha argumentado que la promoción de la vacunación masiva, tan solo nueve meses después de comenzada la pandemia Covid-19, colocaba a Trump definitivamente del lado de las elites globalistas. Usualmente para aprobar una nueva vacuna, son necesarios muchos años de pruebas, de modo que se pueda verificar que no son perjudiciales a mediano y largo plazo. La celeridad en querer vacunar a todo el mundo, ya causaba preocupación y suspicacia a las mentes más avispadas e informadas. No fue el caso de los hombres rebaño que, sin cuestionar, fueron impulsados por el miedo para que ellos mismos pusieran el brazo de manera “voluntaria” y “libre”. No solo fue un experimento génico, fue un experimento de ingeniería social. Expertos en psicología del comportamiento y la propaganda fueron contratados por la ONU para lograr que la gente se inyectase los productos producidos por quienes financian dicho organismo supranacional globalista.
Lo controversial fue el papel crucial de Trump durante la pandemia y la promoción de las vacunas sintéticas de ARNm inventadas por DARPA (una rama del Pentágono encargada de desarrollar superarmas).
Honestamente, debo aclarar que, sobre este tema particular, a diferencia de todos los demás tópicos abarcados en mi extensa investigación, no tengo una opinión absolutamente concluyente sobre el papel de Trump, y ello se debe a la significativa cantidad de contradicciones que encuentro en no pocos hechos. He analizado más de 43 variables para que cada lector se interiorice de distintos aspectos y detalles poco conocidos. La falta de certeza me impide ser absolutamente concluyente y me lleva a desplazar hacia lugares incómodamente especulativos. Sepa disculpar el lector si algunas de mis hipótesis les pueden llegar a resultar inverosímiles; créanme que, en su momento, he negado cosas que aquí afirmo como una posibilidad real, pues las evidencias que se han ido develando me hicieron cambiar de opinión. Lo fundamental es tener la mente muy abierta, pues tal vez se trata de uno de los secretos mejor guardados sobre Seguridad Nacional de los EE.UU.
Como conocedor de la agenda globalista y las intenciones de la elite fui, desde el primer momento, muy suspicaz no solo con la "pandemia", sino también con la “virulencia del Covid-19” y la acelerada campaña masiva de “vacunación global”.
Desde 2010, sabía cómo la elite globalista se valdría de una pandemia como evento catalizador para acelerar el cumplimiento de sus objetivos generales. El mismo que les permitiría ejercer una autoridad global con gobiernos más o menos títeres, al tiempo que harían un gran negocio, accediendo a la configuración biológico-genética de las personas a través de nuevas vacunas sintéticas. Éstas fueron llamadas desde 2017 hasta 2020 “terapias génicas”, algo que admitió Stefan Oelrich (Jefe de la División Farmacéutica de Bayer) en el World Health Summit -noviembre 2021- diciendo: “En última instancia, las vacunas de ARNm, son un ejemplo de esa terapia celular y génica, siempre me gusta decir que si hubiéramos encuestado hace dos años al público, si estaría dispuesto a tomar Terapia génica o celular inyectada en su cuerpo, probablemente hubiéramos tenido una tasa de rechazo del 95%, pienso esto, la pandemia también ha abierto los ojos a muchas personas a la innovación de una manera que tal vez no hubiera sido posible antes” ([2]). Este experto en fabricar y vender medicamentos anticoagulantes y para afecciones cardíacas colaboró haciendo vacunas de ARNm que generaron justamente esos problemas de salud a cientos de miles de personas. Gran negocio, el cual se torna macabro si uno ve el discurso TED2010 de Bill Gates donde hace un llamado a la aplicación de medidas de “salud reproductiva” tendientes a disminuir la población.
El principal objetivo de la elite es despoblar. No es algo conspirativo, es algo que se encuentra descrito en numerosos textos de público acceso. La Comisión Rockefeller, el desclasificado memorando 200 de Kissinger, varias cumbres globales sobre población de la ONU, las publicaciones del Club de Roma, el Foro de Davos, la agenda ecoalarmista y su narrativa del cambio climático que ponen al crecimiento demográfico de la humanidad y a la humanidad misma como la causa de todos los males. La solución para ellos, es despoblar el planeta. Una lógica genocida que ha convencido a una enorme cantidad de ingenuos. Uno de los principales asesores del Foro Económico Mundial de Davos es el ultraglobalista Yuval Harari, quien dijo: "Simplemente no necesitamos a la gran mayoría de la población" ([3]). El presidente del Foro de Davos es un discípulo de Henry Kissinger, quien trabajaba para David Rockefeller. Todos han sido seguidores del liberal Thomas Malthus, el primero en proponer ideas aberrantes de despoblación artificial, a tal punto que muchas de sus propuestas pueden ser consideradas genocidas. George W. Bush, cuando vino a visitar Argentina en la época del presidente Néstor Kirchner, le obsequió a este un libro del liberal Thomas Malthus.
Durante la pandemia, recibí censura y vi cómo desde las redes sociales silenciaban, marcaban, eliminaban y bloqueaban a quienes pretendíamos debatir sobre lo que sucedía. Sabía que la pandemia y las vacunas debían ser temas que, para ser comprendidos con mayor claridad, a la variable “sanitaria” se le debía incorporar una variable “geopolítica” y otra no menos fundamental: la “guerra bacteriológica” o “biotecnológica”, quitando de la ecuación «el miedo» que generaba la prensa día y noche hablando el 100% del tiempo de los nuevos infectados y los muertos adjudicados.
No era descabellado especular que China, junto a la elite globalista, haya desatado este ataque contra la población mundial. El mismo académico del régimen comunista, Li Yi, el 16 de octubre de 2020 ([4]), en una conferencia, literalmente se burló de que la pandemia estaba acabando con Occidente, mientras que a China no la estaba afectando. Incluso aseguró que las metas para superar a EE.UU. se habían acelerado por este evento.
El problema es que no es posible culpar de todo a "China", cuando también hubo estadounidenses que empujaron al mundo hacia esta crisis. Aquí destacaré una perspectiva nueva para analizar el fenómeno junto a una serie de variables objetivas para que el lector saque sus propias conclusiones. Los Estados Unidos tienen casi 1000 bases militares en el extranjero; semejante cantidad de bases garantiza poner bajo ataque directo, en media hora, a un enemigo en cualquier parte del planeta. La guerra biológica sigue la misma estrategia, las "bases" en este caso, son laboratorios de alta seguridad disfrazados bajo el eufemismo de "infraestructura de seguridad sanitaria". La superpotencia tiene decenas de laboratorios de armas biológicas distribuidos en todo el mundo. La ultraglobalista Victoria Nuland, Subsecretaria de Estado de la administración Joe Biden, admitió ante el comité del Senado la existencia de biolaboratorios estadounidenses en Ucrania y expresó su preocupación de que las investigaciones secretas cayeran en manos rusas debido a la última intervención militar ([5]). Solo imaginen como hubiese reaccionado EE.UU. si Rusia montaba varios biolaboratorios con patógenos mortales, modificados genéticamente, en tierras fronterizas de México, a pocos kilómetros del país del norte. Basta recordar la “crisis de los misiles” en Cuba, 1962.
Luego de que la superpotencia mundial lanzara 2 bombas atómicas contra la población civil en Japón, la humanidad quedó consternada. El aumento cuantitativo y cualitativo de estas armas, así como el temor a la destrucción mutua asegurada como política en la Guerra Fría, hizo necesario redirigir recursos para transformar la guerra. De esta manera, el interés pasó paulatinamente de la «guerra convencional» a la «guerra no convencional» (o «guerra híbrida»). La tenencia del armamento nuclear fue ante todo un acto disuasorio y temerario, que forzaba la búsqueda de nuevas e ingeniosas armas, capaces de garantizar la hegemonía. La doctrina militar de los Estados Unidos fue adaptándose al correr de los tiempos de acuerdo a su política exterior.
En el Pentágono se fueron elaborando armas que podríamos llamar de ciencia ficción, específicamente en DARPA. Como vimos, esta es una agencia del Departamento de Defensa de Estados Unidos responsable del desarrollo de nuevas tecnologías avanzadas para uso militar. Tengamos esto presente a lo largo de esta lectura.
Antes de pasar al nuevo siglo XXI, los alarmistas nucleares fueron cediendo el lugar a los alarmistas del bioterrorismo, que en parte eran motivados por un genuino miedo y en parte por un móvil netamente económico. Ya que si los alarmistas son escuchados, pueden destinarse ingentes tajadas del presupuesto nacional a implementar medidas reales o decorativas, para neutralizar dichas amenazas, todo esto mientras que los alarmistas profesionales disfrutan de nuevas jerarquías y dinero fresco. Se tiende a creer en el imaginario colectivo que un arma biológica es un misil que un ejército tira a otro con una punta mortífera capaz de esparcir un patógeno sobre tropas enemigas. Lamentablemente, la realidad sobre los múltiples usos de estas armas y los sociópatas que las poseen hace que la situación sea mucho más tenebrosa de lo que puede imaginar cualquier hombre de a pie. Los bioalarmistas vinculados al complejo militar industrial comenzaron a focalizar los esfuerzos para que el Pentágono destinara cuantiosos recursos económicos hacia la biodefensa. Los laboratorios de armas biológicas fueron “camuflados” dentro del “sistema sanitario” y la investigación de “nuevas vacunas”. La posibilidad de infiltrar un arma biológica en medio del sistema sanitario de un país o varios al mismo tiempo, mostrando el arma como un “remedio” o un “preventivo”, permitía una ventaja insospechada para eliminar naciones completas o realizar asesinatos selectivos sin dejar rastro alguno. La posibilidad de destruir líneas de suministro alimenticio completas, enfocando el arma biológica a toda la industria ganadera o avícola de un país o una zona, permitiendo con ello generar hambrunas generalizadas en el enemigo, eran aterradoras formas de implementación que fueron tenidas en cuenta por expertos en Seguridad Nacional estadounidense en el siglo pasado. El alarmismo de algunos de estos “expertos” permitía a su vez justificar mayores tajadas del presupuesto negro que podían desviarse para otros fines.
Las mismas armas que eran analizadas con precaución por militares de países como Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia y China, eran analizadas también con marcado entusiasmo por burócratas globalistas amantes de la despoblación mundial.
Durante la pandemia de 2020, el Foro Económico Mundial de Davos pudo acelerar su reclamado "Gran Reseteo" en pos de una sociedad más controlada y digitalizada. Los gobiernos títeres de los globalistas pudieron abolir libertades constitucionales de manera tiránica-dictatorial sin tener mucha oposición.
El hecho concreto es que la elite globalista salió beneficiada de la crisis y nada nos impide creer que aquello que los favoreció tanto pueda repetirse, pero esta vez con la maquinaria más aceitada. ¡Y por supuesto que lo intentarán de nuevamente!
Sucedieron cosas impensables para un sistema democrático liberal. El mundo vio como en repúblicas constitucionales y en Estados de Derecho: se montaron tenebrosos campos de aislamiento en Canadá, Australia, Alemania, Argentina y China, que recordaron a los campos de concentración de dictaduras totalitarias del siglo XX. Los hombres libres no pueden permitir esto. Implementaron vacunaciones trazadas por militares; activaron pasaportes de vacunas con registro digital, establecieron monitoreo con rastreadores a civiles, con sistemas operativos de teléfonos celulares; incentivaron la persecución mediática y la más atroz discriminación a quienes se oponían a todas las restricciones impuestas a las libertades individuales. Debemos sumar a todo lo anterior, la censura masiva al disidente y la represión brutal a manifestantes. Entre todo mal, digno de recuerdo fue el valioso y heroico gesto de la policía francesa e italiana uniéndose a los manifestantes pacíficos.
En los años de su primer mandato presidencial, la mayoría casi absoluta de todas las palabras y acciones de Trump fueron claramente a favor del pueblo estadounidense y contra las elites globalistas. Solo una de sus acciones lució como una posible traición a la causa de los patriotas: el apoyo a la vacunación universal Covid-19. Y si no fue una traición, fue una terrible imprudencia e irresponsabilidad, que terminó siendo funcional a la elite globalista. Personalmente, quedé consternado en medio de la pandemia al observar que, al menos en apariencia, el objetivo de la administración Trump se alineaba aparentemente con el de la elite global.
Ya la Fundación Rockefeller (impulsora Nº1 del globalismo), en su informe público de 2010, planteó un escenario futuro bajo un evento pandémico, de cierres de todo tipo de establecimientos, tapabocas, recortes de libertades, carnets digitales y vacunaciones masivas. Sabemos que esta Fundación globalista expresó numerosas veces, y de manera pública, sus deseos de despoblar el mundo y de utilizar eventos catalizadores para acelerar ese objetivo. No son conspiraciones ni especulaciones, es algo real, público y constatable. La afirmación de que Trump es un traidor a la causa patriota por apoyar la vacunación experimental Covid-19 tal vez deba ser matizada y contextualizada, pues como casi todo lo que tiene a Trump como protagonista, no todo es lo que parece.
Trump no quería una pandemia.
La pandemia no fue algo que Trump quisiera ni propiciara, ya que su administración salió altamente perjudicada con ella; esto debemos tenerlo muy presente. Tampoco se benefició de la lluvia de vacunas a escala mundial. Aunque se mostró favorable a ellas, no se benefició con ellas.
En la administración Trump, y bajo su esquema de enfrentamiento estratégico con China, entra en juego para la Seguridad Nacional estadounidense un personaje crucial. El presidente llama a Robert Kadlec, experto en guerra biológica, quien había señalado, ya en 1998, el potencial de utilizar armas biológicas para afectar la economía de países adversarios. Ideas que deben haber sonado como música para los oídos de Trump en su guerra comercial contra China. Curiosamente, durante 2018, un nuevo virus de la gripe aviar barrió el país chino, eliminando gran parte de la industria avícola de este país asiático. Durante 2019, la epidemia viral de gripe porcina devastó las granjas porcinas de China, destruyendo el 40 % de la principal fuente nacional de carne del país, con afirmaciones generalizadas de que la última enfermedad estaba siendo propagada por misteriosos drones. China acudió a Argentina para comprar carne de cerdo.
A nosotros nos debe quedar claro que un arma biológica puede afectar específicamente a animales, plantas y también a humanos. Un arma biológica puede estar formada por bacterias y virus conocidos o sintéticos que atacan determinados objetivos y son lanzados contra militares o civiles. En ciertos ambientes militares y de inteligencia, es clara la noción de que atravesamos una guerra mundial bacteriológica. Esta debe ser la óptica para ampliar el horizonte analítico. Un detalle de importancia no menor en este estudio es que un arma bacteriológica puede ser distribuida por aire, por agua, alimentos, estelas químicas de aviones o en forma de vacunas inyectables, al igual que las técnicas CRISPR utilizadas en la ingeniería genética. Científicos de EE. UU. afirman que estas armas génicas pueden ser transmitidas ahora incluso por tomates, lechugas y mosquitos transgénicos ([6]) ([7]).
En otoño del 2020, antes que salieran las vacunas al mercado, el presidente Trump se contagió de Covid-19. Y dijo: Lo tuve, me recuperé bastante bien. No creo que lo tuviera como la prensa dijo, ya sabes, intentarían ponérselo difícil”, prosiguió: "No es agradable, pero lo tuve"; es decir ridiculizó el terrorismo mediático y tuvo Covid-19 solo dos días, filmó un video para calmar a la gente y se lo notaba en un estado de enfermedad, pero sorprendentemente en un par de días estaba sano, teniendo en cuenta que se trataba de un hombre mayor, septuagenario. Sobrevivió a la “mortal enfermedad” que aterrorizó al mundo entero y cuya tasa de supervivencia es del 99,98% (CDC, 2020).
Él dijo: “Estamos muy adelantados con la vacuna, y está a punto de ser lanzada. Honestamente, hay un asunto político en marcha. No quieren que sea liberada antes de las elecciones. Pero tenemos grandes vacunas que están listas: de Johnson & Johnson, MODERNA, Pfizer. Sucederán grandes cosas con estas vacunas ([8]). (Énfasis agregado).
El Covid-19: Un arma biológica.
El norteamericano Francis Boyle, creador de la Ley contra el terrorismo y armas biológicas de 1989, afirmó que "2019 Wuhan Coronavirus es un arma ofensiva de guerra biológica" ([9]).
Recién en 2023, el FBI admite que el Covid-19 se originó en una fuga de "un laboratorio controlado por el Gobierno chino" ([10]). Fue lo mismo que dijo tres años antes Donald Trump en 2020, y lo tildaron de teórico de la conspiración, opinando en medio de una narrativa asfixiante sobre el origen natural del virus. El tiempo le dio la razón.
Cuando se acusa a Trump de favorecer a la elite global durante la pandemia, debemos recordar algunos puntos interesantes.
Trump dijo, ya en julio del 2020: “el 99 % de los casos de coronavirus son "totalmente inofensivos” ([11]) bastante diferente de lo que decían los medios de prensa y la izquierda liberticida. Mientras los globalistas montaban sofisticadas campañas de terror para asustar y controlar las masas, el presidente norteamericano intentaba disipar el miedo poniendo en perspectiva su supuesta virulencia. Lo mismo hizo el valiente presidente brasileño Jair Bolsonaro. Allí, claramente, ambos mandatarios se opusieron a la Agenda de la elite globalista. Trump desde un principio se mostró desafiante sin cubrebocas, cuando todos a su alrededor lo hacían, incluso militares de alto rango.
De manera visionaria, Trump decía en aquellos momentos, que el escenario de pandemia lo perjudicaría y les brindaría a los demócratas una oportunidad especial para el fraude electoral del 3 de noviembre de 2020. Apenas se desató la pandemia, los demócratas hablaban de votos por correo. Casi 6 meses después, en la noche de la votación, cuando ya se veía el fraude, Donald repitió: “Llevo diciéndolo desde el primer día que dijeron que iban a mandar decenas de millones de boletas por correo”…
El robo de las elecciones fue posible solo por el voto por correo, debido a la magnitud del asunto. Sin votos por correo a gran escala, era imposible realizar un fraude tan masivo. Trump no fue parte de una “pandemia planificada”; jamás hubiera aceptado algo que lo hubiera perjudicado tanto al punto de impedirle su propia reelección.
Durante su campaña del 2020, en plena pandemia, el presidente Trump se opuso a:
1) Los cierres y confinamientos;
2) Los mandatos de mascarillas;
3) Los mandatos de vacunas.
Los tres puntos figuraban literalmente como agenda oficial republicana de la administración Trump.
*Cuestionó el origen natural del virus, apuntando al laboratorio de chino de Wuhan.
*Lejos de promover excepcionalmente vacunas, desde el primer momento promovió terapias y medicamentos como la hidroxicloroquina y la ivermectina, que amenazaban el negocio de las vacunas ([12]).
A pesar de que sesenta estudios a nivel mundial han demostrado el impacto positivo de la Ivermectina en la reducción de la mortalidad y la cantidad de casos de coronavirus, la prensa y la industria farmacéutica pudieron doblarle el brazo a la verdad ([13]). No está de más aclarar que a la industria farmacéutica le conviene vender millones de vacunas supuestamente “preventivas” que cubran a toda la población, que algunos pocos cientos de miles de medicamentos que ayuden solo a los enfermos, que solo representan un porcentaje marcadamente inferior de la población total.
*Trump enfrentó a Anthony Fauci frente a todos. ¿Por qué nombraría a un hombre del Estado Profundo para contrariarlo en público?, ¿tal vez para exponerlo y responsabilizarlo?
Trump, que había estado combatiendo el Big Pharma (industria farmacéutica), hablando mal de “los intermediarios”, financiando medicamentos genéricos y hablando con Robert F. Kennedy Jr. (quien le advirtió sobre los riesgos de las vacunas y los negociados en torno a ellas), de repente inyectó 18 mil millones de dólares a los laboratorios farmacéuticos dirigidos por ultraglobalistas. ¿Qué demonios sucedió allí? El mismo Trump, que en 2012 relacionó el creciente número de vacunas en los niños con la epidemia de autismo, ayudó más tarde a hacer posible la avalancha de vacunas. ¿Es contradictorio o algo se nos escapa? A lo largo de esta investigación se esclarecerán varias cosas.
Realmente en este escenario se mostró contradictorio y extraño. Su esfuerzo para abaratar costos en medicamentos, fabricando genéricos (golpeando a la industria farmacéutica), fue real, él impulsó la creación de Phlow Corporation, una planta de medicamentos genéricos ([14]) a la que se le otorgo 354 millones de dólares. Phlow dijo que tiene la intención de que su trabajo "ayude a nuestra nación a asegurar su propia reserva estratégica de medicamentos... y a reducir la dependencia de EE. UU. de las cadenas de suministro extranjeras". Para el que no lo entienda, impulsar la creación de medicamentos genéricos es pensar en la gente, pensar en el beneficio del pueblo, es ir contra la corporación farmacéutica y la mafia de los laboratorios privados.
Antivacunas apoyan a Trump.
El activista antivacunas Andrew Wakefield, en diciembre de 2016, tras una reunión con Trump, afirmó: “está de nuestro lado". "Por primera vez en mucho tiempo, me siento muy positivo sobre esto, porque Donald Trump no está en deuda con la industria farmacéutica", sentenció. ([15])
Y eso era verdad, Trump combatió los abusos de la industria farmacéutica, principalmente tuvo una gran victoria en la lucha contra la epidemia de opioides con la que hizo campaña en 2016. Trump venció a Purdue Pharma, el despiadado fabricante de OxyContin ([16]) que durante veinte años permaneció impune. La compañía terminó declarándose culpable de varios cargos penales federales. La justicia resolvió que debía pagar la extraordinaria suma de US$ 8.000 millones y cerrar la empresa ([17]) ([18]). La compañía globalista Purdue Pharma se disolvió como parte del acuerdo, aunque los propietarios de la misma, la familia Sackler, no recibió cargos, con lo cual los cientos de miles de sobrevivientes y familiares de las víctimas fatales no pudieron saborear del todo la gran victoria.
Donald Trump fue el único político que señaló este lastre y la enorme crisis sanitaria imperante en su nación. Esta corporación fue señalada por iniciar la crisis de opioides que asoló el país, matando a más de 400 mil estadounidenses en las últimas dos décadas y provocando, literalmente, un genocidio. ([19]). Hay fuentes que indican que el número real de víctimas totales incluidas las colaterales, podría extenderse a más de 6 millones de seres humanos.
Bajo la administración Trump, la justicia también falló contra Johnson & Johnson, por contribuir -en menor escala- en la crisis de los opioides ([20]).
El presidente estaba preocupado desde el inicio de su administración por garantizar la seguridad de las vacunas en general. El 10 de enero de 2017, el Secretario de Prensa entrante de la Casa Blanca, Sean Spicer, confirmó que Robert Kennedy Jr. y el presidente electo Donald Trump se reunieron para discutir un puesto en la administración. Kennedy aceptó una oferta hecha por Trump para convertirse en presidente del Grupo de Trabajo de Seguridad de las Vacunas. Una portavoz de la transición de Trump dijo que no se había tomado una decisión final. ([21]).
En una entrevista de agosto de 2017 con la reportera de STAT News, Helen Branswell, Kennedy dijo que se había estado reuniendo con los reguladores federales de salud pública para discutir los defectos en la ciencia de la seguridad de las vacunas, a pedido de la Casa Blanca ([22]). Recordemos que Robert Kennedy Jr. es el sobrino del expresidente de los EE. UU. John Fitzgerald Kennedy, que, habiendo sido parte del Partido Demócrata, se presentó a las elecciones como candidato independiente en las elecciones de 2024. Sin embargo, en agosto de 2024, en plena campaña, suspendió su candidatura uniéndose a Trump ([23]). En noviembre de 2024 el presidente electo para un segundo mandato, Donald Trump, eligió a Robert Kennedy Jr. como futuro Secretario de Salud de la nación ([24]) diciendo en su red social Truth Social:
Estoy encantado de anunciar a Robert F. Kennedy Jr. como Secretario de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS). Durante demasiado tiempo, los estadounidenses han sido aplastados por el complejo industrial de alimentos y las compañías farmacéuticas que han participado en el engaño, la desinformación y la información errónea cuando se trata de salud pública. La seguridad y la salud de todos los estadounidenses es el papel más importante de cualquier administración, y el HHS desempeñará un papel importante para ayudar a garantizar que todos estén protegidos de los productos químicos nocivos, los contaminantes, los pesticidas, los productos farmacéuticos y los aditivos alimentarios que han contribuido a la abrumadora crisis de salud en este país. El Sr. Kennedy restaurará estas agencias a las tradiciones de la investigación científica de referencia y los faros de la transparencia, para poner fin a la epidemia de enfermedades crónicas y hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande y saludable” ([25]).
Robert Kennedy Jr. llegó a afirmar que la campaña de vacunación mundial de ARNm fue un proyecto militar del Pentágono iniciado en 2012. Robert Kennedy Jr. es un gran investigador y fue un líder en la resistencia contra los mandatos coercitivos durante la pandemia.
Robert es un ambientalista disruptivo que se opone al flúor en el agua; también es un crítico de la contaminación que dejan las estelas químicas de los aviones, a las que acusa de afectar negativamente a la población civil. Algo que ha sido catalogado por la prensa del sistema como “teorías conspirativas”. Este es el hombre que ha sumado Donald Trump para su nueva administración 2025-2029.
Volviendo a la pandemia, la globalista Pfizer no entró en la Operación Warp Speed, es decir, no recibió los subsidios millonarios del gobierno para crear las vacunas. Aunque sí obtuvo un contrato garantizado para proveer vacunas.
Mucho se dice de Trump pro-vacunas llamando a todos a inocularse, lo cual hizo de manera contradictoria; sin embargo, existen hechos que matizan dicha apreciación.
El 14 de febrero del 2020 Trump decía: "Existe la teoría de que, en abril, cuando históricamente hace calor, eso sería capaz de matar al virus".
Luego en abril-mayo del 2020, Trump estimaba que para agosto del 2020 se acabaría la pandemia, en miras de las elecciones de noviembre del 2020. Desde un primer momento hablaba de terapias contra el Covid19. En general, todo este episodio era una pesadilla para su reelección. Las corporaciones mediáticas globalistas no dejaban de aterrorizar a los pueblos con desinformación tendiente a exagerar la peligrosidad del virus. Y fue justo entre el 29 de abril y el 15 de mayo de 2020 que se dio el anuncio oficial de la Operación Warp Speed, donde se fijó el objetivo de acabar con la pandemia para octubre de 2020, un mes antes de las elecciones. El programa promovía la producción masiva de múltiples vacunas y diferentes tipos de tecnologías de vacunas. El tiempo pasaba y nada cambiaba; la prensa estaba 24/7 informando la cantidad de muertos por Covid-19 alrededor del mundo. El “efecto lupa” ([26]) fue evidentemente una operación psicológica de terror calculado. Cuanto más miedo, más se “justificaban” los confinamientos y la promoción de “nuevas soluciones” y su “aprobación de emergencia”.
En octubre de 2020, el vicepresidente Mike Pence le imploró públicamente a Trump que "deje de socavar la confianza en una vacuna". ¡Ese era el clima político en aquel momento! ¿Quién lo hubiera pensado? ¿No es esto contradictorio con la imagen de un Trump ultrapromotor de vacunas? ¿Quién recordaba esta súplica de Mike Pence?
Mientras Donald Trump, literalmente, socavaba la confianza en la vacuna y era criticado por demócratas y republicanos traidores, la prensa masiva funcionaba como un panfleto de publicidad de los laboratorios farmacéuticos. Veamos el efecto propagandístico cuantitativamente registrado en EE.UU.:
El 17 de septiembre 2020 solo el 51% de la población pensaba vacunarse ([27])
El 3 de diciembre 2020 subió a 60% quienes pensaban vacunarse ([28])
El 5 de marzo del 2021 subió al 69% quienes pensaban vacunarse ([29])
Todo esto demuestra lo tristemente volubles que son las masas aborregadas, tal como supo enseñar el psicólogo social francés Gustave Le Bon. Al parecer, Trump socavó la confianza en las vacunas hasta donde pudo. Entre demócratas y republicanos, los primeros eran quienes corrieron más rápidamente a poner el brazo; los republicanos, en general, fueron más reacios a hacerlo. Cuando las mayorías ya estaban "sensibilizadas" y convencidas de vacunarse, un pragmático Trump se montó en la "ola de los alienados" para mantener abiertas las puertas hacia una reelección que debía ganar en meses. En ese momento la prensa globalista hacía llamamientos masivos a discriminar a personas no vacunadas, usadas como chivos expiatorios de todo lo malo que podía haber en el mundo. La polarización era extrema y asimétrica; los no vacunados fueron señalados como un peligro existencial, y se hizo un llamamiento a discriminarlos y segregarlos. Realmente, todo ha sido una locura irracional sin bases en la realidad, puesto que si los vacunados ya "estaban salvados", no debían temer a quienes elegían libremente no inyectarse nuevos productos farmacéuticos experimentales, que solo contaban con una aprobación provisional de uso por emergencia y sin estudios sobre efectos secundarios a largo plazo. ¿Trump podría haberse llamado al silencio, en vez de hacer un llamado a que todos se vacunen? Sí. Pero Trump es polarizante, no puede permanecer mudo, ni siquiera si ponía en su contra a parte de su base más leal. Muchos vieron esto como una muestra de complicidad con la agenda globalista.
Es posible que Trump haya promovido las vacunas para que todos pudieran ir a votar, sin miedo de manera presencial. Por algún motivo, la operación debía concluir en octubre, antes de las elecciones. Pero esa idea implicaría que él desconocía la agenda de despoblación de la elite global por medio de la industria farmacéutica, y principalmente a través de las vacunas. O si la conocía, no las veía como peligrosas si el proceso de producción era controlado por sus propios militares.
Las posiciones neomaltusianas están en la vereda opuesta a la de Trump. Los grandes promotores de la despoblación son enemigos declarados del presidente republicano. Una de las cabezas de CNN, Ted Turner, la izquierda climática catastrofista, los progresistas en general, el Club de Roma, los intelectuales globalistas, el ya fallecido Henry Kissinger, Klaus Schwab, David Rockefeller y Bill Gates. En cambio, Trump es profamilia y provida, representante de la exitosa y pujante generación de los baby boomers (la generación de personas que nacieron entre 1946 y 1964, que fue un período conocido por el aumento de la tasa de natalidad). Actualmente, Elon Musk se ha unido a Trump, un personaje preocupado por evitar una demografía descendente en Occidente, que ha predicado con el ejemplo teniendo muchos hijos. Reunido con el presidente argentino Javier Milei, le criticó el hecho de por qué no formaba una familia. Javier respondió que él tenía cinco hijos de cuatro patas (perros), a lo que Musk respondió que esos no contaban como hijos. Musk criticó fuertemente al Foro Económico Mundial, cuando el 18 de enero de 2023 dijo: “El Foro Económico Mundial se está convirtiendo en un Gobierno Mundial no electo, que la gente nunca pidió y nunca quiso.” Musk habló contra el virus de la ideología woke que destruyó a uno de sus hijos. Tiene motivaciones personales para luchar del lado de los patriotas contra la elite global. Musk prometió que una entrega de los Twitter files estaría dedicada a exponer las acciones criminales de Anthony Fauci y China. Todavía esta información no ha salido a la luz, pero el 11 de diciembre de 2022 dijo: “Fauci mintió al Congreso y financió una investigación de ganancia de función que mató a millones de personas.”
¿Por qué entonces Trump promocionó tímidamente las vacunas? ¿Quería acaso un rédito por ello? ¿Un “Trump lo hizo”? Veámoslo en perspectiva: quienes se inocularon por la ola de terror mediático, y fueron incapaces de ver todo en contexto, vieron alegres a un Trump provacunas. ¿Trump podía cambiar a los covidianos? No. Pues en cierto momento, el relato mediático se asemejó a un fundamentalismo sanitario ultrapolarizante, donde se trató a una minoría resistente a la vacunación como chivos expiatorios. Trump no tenía un aparato mediático para hacer contrapropaganda y luchar contra la desinformación globalista. Aún no tenía montada su red social Truth.
Por otra parte, con el apremio por aprobar las vacunas en tiempo irrisorio (9 meses), pudo crear el efecto contrario sobre las mismas: rechazo y desconfianza hacia las nuevas vacunas de ARNm. Y con la voluntad de la industria farmacéutica de llevar posteriormente esta tecnología a todas las vacunas de calendario con el consecuente mismo peligro que representa su doble uso. Tal vez Trump, con su accionar exageradamente errático, sabía que podía provocar una ola de gente avispada.
Tal vez, si hubieran esperado el tiempo normal para aprobar una vacuna segura, que según estiman los expertos es entre 7 y 10 años, la gente realmente hubiera creído en la seriedad y seguridad de las mismas. El mismo Anthony Fauci, en una conferencia en 2019, se lamentaba diciendo que sería necesario unos 10 años para implementar las vacunas de ARNm de gripe.
Las nuevas vacunas no han sido aprobadas por la FDA; solo fueron puestas en circulación con una “autorización de emergencia”. Han salido al mercado en solo 9 meses, sin tener información sobre efectos adversos a mediano y largo plazo. Y lo peor, durante la administración Biden, han ido por los brazos de los niños (el sector menos afectado, cuya inoculación estaba totalmente injustificada, porque los niños eran el grupo menos vulnerable).
El Dr. Bart Classen (inmunólogo) ha trabajado 3 años en el NIAID (Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas) y ha mostrado su preocupación sobre la existencia de un contingente en el gobierno de los Estados Unidos que no está actuando en el interés público con respecto a las armas biológicas. ([30]) También mostró preocupación sobre la seguridad de las vacunas, instando a que no sean aprobadas hasta que se realicen ensayos clínicos adecuados. Un ensayo adecuado debe incluir aproximadamente 500.000 pacientes y realizar un seguimiento de cada paciente durante al menos 7 años. La mitad de los pacientes debe recibir la vacuna de interés y la otra mitad debe recibir un control de placebo en su lugar. Simplemente no se hizo esto como con todas las demás vacunas de la historia. ¿Quién jugaría así a la ruleta rusa con su propio cuerpo? Solo alguien con un miedo irracional supremo que presuponía erróneamente una letalidad del 100% para un infectado con Covid-19. Esa fue la percepción falsa que vendió la prensa. El 72% de los republicanos y el 82% de los demócratas expresaron su malestar con los apremios por aprobar una vacuna antes de las elecciones de noviembre de 2020, según la encuesta de STAT/Harris Poll. Es decir, el extremado apuro de Trump por lanzar al mercado las vacunas creó desconfianza y malestar. ¿Era esta una estrategia cuyo efecto boomerang era el esperado? ¿Necesitaba hacerlo para evitar que los globalistas tomaran el control de las vacunaciones? ¿Se podía evitar? ¿Contaba con una victoria segura para su reelección?
Veámoslo de esta manera: gracias a la Operación Warp Speed (iniciativa gubernamental ideada por Robert Kadlec que unía los esfuerzos sanitarios con compañías privadas para desarrollar a «gran velocidad» vacunas contra el Covid-19 para antes de octubre de 2020) ([31]) muchos eligieron voluntariamente no formar parte del experimento social y farmacéutico. Justamente por esa “velocidad de deformación”, la confianza hacia los gobiernos y la industria farmacéutica se desmoronó y deformó por completo.
Tal vez Trump fue engañado por asesores malintencionados, como el ultraglobalista Scott Gottlieb (que, aunque ayudó a combatir la epidemia de opiáceos solicitada por Trump, fue también quien aprobó el primer producto de terapia génica en los EE.UU. el 30 de agosto de 2017). Curiosamente, las mal llamadas “vacunas de ARNm” contra el Covid-19 utilizan la misma tecnología de las “terapias génicas”. Tal vez los expertos militares de DARPA hayan logrado engañarlo o convencerlo.
Ya sabemos que Trump duerme a menudo con el “enemigo”, en un pragmatismo de tipo maquiavélico que muy pocos tienen la habilidad para hacerlo.
Mi hipótesis es que tal vez alguno de estos seres siniestros, como Robert Kadlec, pudo “venderle” la idea de utilizar un “arma especialmente avanzada” dentro de las “vacunas”, como parte de una guerra biotecnológica, convenciéndolo de que sería lo mejor para “hacer más grande a los Estados Unidos” y que no tenía que ver con salud, ni despoblación globalista.
Como demostraré más adelante, en DARPA existen desarrollos de alta tecnología que fusionan biología, ingeniería genética y nanoelectrónica. Imaginen si hubiera un arma que permitiera espiar, eliminar y controlar de manera inalámbrica a su objetivo, sean individuos o grupos determinados, pudiendo extorsionar y torcer voluntades, bajo la amenaza de liberación controlada de un fármaco mortal en el propio cuerpo del objetivo inoculado o grupos enteros de personas… No serían necesarias las invasiones con ejércitos, ni las bombas, ni las operaciones especiales con chacales de la CIA para remover gobiernos extranjeros.
[1] Sitio oficial de Theo Belok: https://teoriasoberanista.com/trump-contra-el-globalismo-el-retorno-tomo-2
[2] Stefan Oelrich, (16 de noviembre de 2021). Opening Ceremony World Health Summit 2021, Speech Stefan oelrich. YouTube. Minuto 8.37. https://youtu.be/IKBmVwuv0Qc?si=HT3ZBWdoyxhSudqr
[3] Redacción, (12 de agosto de 2022). Un asesor del Foro Económico Mundial dijo que no se necesita “a la gran mayoría de la población”. Conclusión. https://www.conclusion.com.ar/internacionales/un-asesor-del-foro-economico-mundial-dijo-que-simplemente-no-se-necesita-a-la-gran-mayoria-de-la-poblacion/08/2022/
[4] Shenzhenw Forum in Shenzhen, China.
[5] Redacción. (8 de marzo de 2022). Undersecretary of State for Political Affairs Testifies on Ukraine. C-SPAN. https://www.c-span.org/video/?518355-1/undersecretary-state-political-affairs-testifies-ukraine
[6] Redacción. (16 de septiembre de 2021). Vacuna de lechugas. La Tercera. https://www.latercera.com/que-pasa/noticia/vacunas-de-lechugas-que-se-comen-cientificos-trabajan-en-una-nueva-generacion-de-inyecciones/B2OUHEQAWZCDLGCI4EQAOQNHRE/
[7] Yingzhu Li (22 de agosto de 2022). El largo camino del éxito. Sociedad Química Americana. https://www.cas.org/es-es/resources/cas-insights/biotechnology/long-road-success-refining-next-generation-mrna-vaccines
[8] Weber, J. (13 de octubre de 2020). El discurso de Trump en Florida. DW. https://www.dw.com/es/el-discurso-de-trump-en-florida-qu%C3%A9-es-cierto-y-qu%C3%A9-no/a-55257627
[9]Peláez, V. (13 de Febrero 2020). Científicos: el coronavirus sería un arma de guerra biológica. Sputnik News. https://mundo.sputniknews.com/firmas/202002131090460452-cientificos-el-coronavirus-seria-un-arma-de-guerra-biologica/
[10] García, F. (1 de marzo de 2023). El FBI cree que la Covid se originó en una fuga de "un laboratorio controlado por el Gobierno chino". La Vanguardia. https://www.lavanguardia.com/internacional/20230301/8791534/fbi-covid-origen-fuga-laboratorio-china.html
[11] Stracqualursi, V. y Westwood, S. (5 de julio de 2020). FDA commissioner refuses to defend Trump claim that 99% of Covid-19 cases are ‘harmless’. CNN politics. https://edition.cnn.com/2020/07/05/politics/fda-commissioner-coronavirus-trump-cnntv/index.html
[12] Collins, B. y Zadrozny, B. (27 de agosto de 2021).Pidiendo ivermectina, algunos recurren a un sitio web de telemedicina pro-Trump. CNBC News. https://www.cnbc.com/2021/08/27/clamoring-for-ivermectin-some-turn-to-pro-trump-telemedicine-website.html
[13] Sucri, A. (27 de junio de 2021). Ivermectina: ¿una amenaza al negocio de las vacunas contra el covid-19?. LA PRENSA. https://www.laprensa.com.ar/Ivermectina-una-amenaza-al-negocio-de-las-vacunas-contra-el-covid-19-503537.note.aspx
[14] Blankenship, Kyle. (21 de mayo de 2020). Trump picks little-known U.S. Fierce Pharma. https://www.fiercepharma.com/manufacturing/trump-administration-taps-little-known-firm-iffy-history-for-pricey-new-ingredients
[15] Dyer, O. (diciembre de 2016). Andrew Wakefield calls Trump “on our side” over vaccines after meeting. Researchgate. https://www.researchgate.net/publication/311445997_Andrew_Wakefield_calls_Trump_on_our_side_over_vaccines_after_meeting
[16] Un fármaco aprobado irregularmente por la FDA, más adictivo que la heroína, que se hizo más popular que el éxtasis.
[17] Isidore, C. (21 de octubre de 2020). El fabricante de OxyContin se declarará culpable de cargos penales federales, pagará US$ 8.000 millones y cerrará la empresa. CNN. https://cnnespanol.cnn.com/2020/10/21/el-fabricante-de-oxycontin-se-declarara-culpable-de-cargos-penales-federales-pagara-us-8-000-millones-y-cerrara-la-empresa/
[18] Sánchez Vallejo (1 de septiembre de 2021). La justicia de EE UU pone fin al contencioso contra Purdue Pharma por la crisis de los opioides. EL PAIS. https://elpais.com/sociedad/2021-09-01/la-justicia-de-ee-uu-pone-fin-al-contencioso-contra-purdue-pharma-por-la-crisis-de-los-opioides.html
[19] Weixel, N. (21 de octubre de 2020). OxyContin maker agrees to $8B settlement with Trump administration. The Hill. https://thehill.com/policy/healthcare/522045-oxycontin-maker-agrees-to-8b-settlement-with-trump-administration/
[20] Laborde, A. (26 de agosto de 2019). Un juez ordena a Johnson & Johnson pagar 515 millones por su papel en la crisis de los opioides en EE UU. EL PAIS. https://elpais.com/sociedad/2019/08/27/actualidad/1566858403_430298.html#
[21] Phillip, Abby. Sun, Lena. (10 de enero de 2017). Vaccine skeptic Robert Kennedy Jr. says Trump asked him to lead commission on ‘vaccine safety. The Washington Post. https://www.washingtonpost.com/politics/trump-to-meet-with-proponent-of-debunked-tie-between-vaccines-and-autism/2017/01/10/4a5d03c0-d752-11e6-9f9f-5cdb4b7f8dd7_story.html
[22] Children´s health defense. (21 de agosto de 2017). Una entrevista con Robert Kennedy Jr. sobre las vacunas. https://childrenshealthdefense.org/news/interview-stat-news-august-14-2017/
[23] Redacción. (24 de agosto de 2024). Robert F. Kennedy Jr suspendió su campaña y anunció su apoyo a Donald Trump. Infobae. https://www.infobae.com/estados-unidos/2024/08/23/elecciones-en-estados-unidos-robert-f-kennedy-jr-suspendio-su-campana-y-anuncio-su-apoyo-a-donald-trump/
[24] Redacción. (14 de noviembre de 2024). Donald Trump eligió a Robert F. Kennedy Jr. para el ministerio de Salud de Estados Unidos. Infobae. https://www.infobae.com/estados-unidos/2024/11/14/donald-trump-eligio-a-robert-f-kennedy-jr-para-el-ministerio-de-salud/
[25] https://truthsocial.com/@realDonaldTrump/posts/113483366471340943
[26] Bautice como “efecto lupa” cuando el fenómeno observado se presenta de manera absoluta y no relativa, perdiendo perspectiva real del asunto. Por ejemplo, si hay 1millon de personas que tuvieron covid19 y sobrevivieron y unos pocos miles murieron se puede ver la magnitud del problema, si solo se enfoca la atención o se hace el “efecto lupa” solo presentando a la gente el número de muertos, se pierde la perspectiva real del problema.
[27] Tyson, A; Johnson, C; Funk, C. (17 de septiembre de 2020). U.S. Public Now Divided Over Whether To Get COVID-19 Vaccine. Pew Research Center. https://www.pewresearch.org/science/2020/09/17/u-s-public-now-divided-over-whether-to-get-covid-19-vaccine/
[28] Funk, C; Tyson, A. (3 de diciembre de 2020). Intent to Get a COVID-19 Vaccine Rises to 60% as Confidence in Research and Development Process Increases. Pew Research Center. https://www.pewresearch.org/science/2020/12/03/intent-to-get-a-covid-19-vaccine-rises-to-60-as-confidence-in-research-and-development-process-increases/
[29] Funk, C; Tyson, A. (5 de marzo de 2021). Growing Share of Americans Say They Plan To Get a COVID-19 Vaccine – or Already Have. Pew Research Center.https://www.pewresearch.org/science/2021/03/05/growing-share-of-americans-say-they-plan-to-get-a-covid-19-vaccine-or-already-have/
[30] Sitio dedicado al tema: http://www.vaccines.net/
[31] Borrel, Brendan. (19 de octubre de 2021). Inside the Messy Race to develop a Covid vaccine. ESQUIRE. https://www.esquire.com/entertainment/books/a37990781/covid-vaccine-development-race/

